domingo, 3 de marzo de 2013

Goebbels redivivo

Goebbels redivivo
Jaime Mezzera

Todos los que no respetan la democracia siguen la fórmula de Goebbels sobre la mentira.[1] El Frente es un buen caso de enchastrar al contrincante durante 40 años para que buena parte de la población que sabe que este gobierno es impresentable, fue tan envenenada por aquella propaganda mentirosa, que hoy se niega siquiera a pensar en no volver a votarlo.
Eso hoy por hoy significa volver a votar a Vázquez aunque saben que, si electo, terminaría su gestión con más de 80 años, una edad en que poco se acepta que alguien maneje ni un auto por la calle.
Pero además saben que al asumir en 2005 “le transfirió” las acciones de la empresa médica al hijo, que no tenía como pagarlas por mucho que se haya hecho ante escribano público; y que es el primer presidente en la historia que usó su cargo y su amanuense principal para atacar con mentiras (que por poco le costaron a la amanuense una severa sanción), al principal competidor en el área de las empresas de radiología oncológica.
Saben que fue el presidente part-time, que en ejercicio de su cargo tuvo tiempo para trabajar en su clínica y en La Española (donde era subordinado de un subordinado a su subordinada…), y para pescar.  Fue aquel a quien una empresa con negocios –dudosos, además- con el Estado le entregó una lancha para que pescara –lancha que por cierto parece haber vuelto a su dueño original y a ostentar su nombre anterior. Fue el que, como los militares en la dictadura, volvió a cerrar con cadena la entrada al Río San Juan, una cadena vergonzante que en 1985 Sanguinetti y Alfonsín habían tirado al agua en un acto simbólico de la hermandad de dos pueblos.
Fue el que presidió cuando el oscuro asunto de las pérdidas de Casinos, el presidente en cuyo período no se aclaró por qué voló una mujer en pedazos en el Buceo al explotarle una bomba que llegó por correo privado pero se inauguró un caso de subsidio masivo a la producción de lo que no se puede producir rentablemente ni en Bella Unión, bajo quien hubo un caso Feldman nunca aclarado, una valija con dólares venida de Venezuela, unas casas vendidas también a Venezuela por gente con lazos familiares en el gobierno, unos libros vendidos al mismo comprador en muchas veces su valor donde también hubo caso de vinculación política familiar, en que se dieron créditos a Metzen y Sena para que sobreviviera hasta el día de la elección y al día siguiente se la dejara caer... y dale que dale.
Ni hablar de un partido, tantas veces llamado la colcha de retazos, que en los siguientes cinco años pone en la Casa de Gobierno a un especialista en pachotadas y vueltas en el aire que el 6 de febrero rompió todos los récords de descaro y desprecio por su pueblo diciendo que la inflación no importa porque él se crió en una sociedad que tenía 70 u 80 por ciento de inflación anual, al tiempo que vive con los dineros que gana su mujer que le permiten vivir bien y hacerse publicidad hasta en el exterior como presidente pobre.
El Uruguay es tan raro que gente “otherwise intelligent” sabe todo esto e igual ni considera  “votar a los otros” porque “eran mentirosos”.
Alguien que me lo explique!, gritaría Mafalda.
Y James Carville, el publicista de Bill Clinton, le explicaría, “it´s Goebbels, stupid”.
Jaime Mezzera


[1] La más adecuada al caso uruguayo de las últimas décadas es “Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad”

1 comentario:

  1. Entre otras pedirle al pueblo que legitime un cambio del orden juridico y ante la (segunda) negativa del soberano hacerlo igual

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