Aquella frase que pareció cómica, “como te digo una cosa te
digo la otra” le ha servido a Mujica para mentir seguido sin consecuencias
porque la gente se encoge de hombres y dice “y… como te digo una cosa…”. Por ejemplo, quién se acuerda que dijo
que si le llegaba una ley de prensa iba al basurero? Y que no habría impuesto a
la tenencia de tierras? Y que… bué,
no hay espacio para tanto recuerdo.
Lo que no tiene nada de cómico es esta otra frase según la
cual "lo político supera largamente lo jurídico", dicha a la salida
de la vergüenza de Mendoza, que es la perfecta negación de la democracia porque ésta se basa en el respeto a las
normas jurídicas.
Mentiras y actitudes anti democráticas.
Era de esperarse de un tupamaro irredento, que una vez dijo
que se arrepentía, sí, pero sólo de que la subversión se inició antes de estar
prontos para ganar la guerra. Y que está unido a otra tupa igualmente irredenta
y más trasparente que pide que el Ejército la ayude a destruir la democracia
uruguaya, una vez más. La pareja presidencial
chacarera apunta a reemplazar nuestra democracia por un socialismo del siglo XXI a la Chávez.
Eso me obliga a pensar que la colección de errores, propuestas
descabelladas, traspiés, tapujos de crímenes espectaculares, violaciones
constitucionales, entregas de soberanía a las vecinas, sugerencias increíbles –como
la bobada de la marihuana- que se desarman al costo de no dejar tiempo y paz de
espíritu para enderezar todo lo que hay que enderezar, no son fruto de una
impresionante incompetencia sino una
forma deliberada de minar más aun la imagen que el pueblo tiene del gobierno y
los políticos. Durante los ´60 una serie de gobiernos descaminados llevó, sin quererlo, a que cuando vino el golpe la ciudadanía no
estuviera mayormente dispuesta a defender la democracia. Del mismo modo,
desde el Sanguinetti restaurador en adelante, incluyendo al Presidente
part-time elegido en 2004, seguramente ningún gobierno quiso minar la democracia,.
No así en el episodio bordaberrista ni en el gobierno
actual.
La reforma de la salud destroza el sistema público al
retacearle fondos porque muchos se irían
a atender en las mutualistas, y pone a éstas al borde del precipicio porque
no tienen cómo atender la marea humana que, de golpe, se les viene encima.
Se destruye la educación con aquel Consejero que quería
terminar con las pruebas PISA para compararnos con Venezuela y Bolivia y con debilidades
como las exhibidas por ambos gobiernos frentistas ante los reclamos insólitos de
las corporaciones docentes. El contraste entre el rendirse ante esas
corporaciones que cada día piden más, y la virulencia con que se enfrentó el
pedido de los cirujanos de que se les
pagara el turno nocturno como a cualquier trabajador es apabullante, no
sólo porque pasaron con diferencia de un día o dos sino porque lo que se
concedió costará muchísimo más que lo que se negó.
La seguridad, destruida porque durante 40 años el FA ha
tratado de “botón” o de “prepotente” a todo aquel que haya intentado hacer
cumplir las normas –para ni entrar en aquello del Filtro- y, así, ningún
policía puede atreverse a actuar con firmeza.
Desaparece la cohesión social que se basaba en los empleos
urbanos aceptablemente remunerados (el 95 por ciento de los uruguayos son
urbanos) mientras festejan que exportamos lo que sale de la tierra –así ganan,
primero y principal, los dueños de la tierra- y le dan subsidios MIDES a los
pobres para poder pavonearse con que bajaron la pobreza y la indigencia.
La política externa, manejada en clave de amiguismo, suma
una nueva vergüenza cada mes, con una triste sumisión a las pequeñas tiranas de
los países vecinos, coronada por la deshonra de revivir la triple alianza contra
Paraguay y la ignorancia de así arriesgar nuestros intereses propios como país
chico.
Cada semana hay un cuento nuevo. Los más recientes son fabricar
miles de taxis con una inversión privada con fin de lucro que será financiada
por … ¡el BID!, los sís y nos de UTE con la empresa de los Kirchner y la presidencial
angustia por Fripur, la empresa de su benefactor, … A todo esto, otro contraste
horrendo: los trabajadores de Pluna, colgados del pincel..
Cada semana pierden credibilidad el gobierno, los políticos
y los medios de prensa.
Salud, educación, seguridad, cohesión social, política
exterior, gobierno honesto, credibilidad… Había algo más que pudiera destruir
este gobierno? No? Pues entonces bastante avanzado está en su tarea de preparar
el derrumbe de la democracia.
Hay quien dice que estoy tremendista, y ojalá tenga razón.
Pero temo estar en lo cierto y recuerdo que las dictaduras marxistas duran
muchas décadas.